Fragilidad y concienciación

La fragilidad es un denominador común de la mayoría de los hábitats y especies de Jaizkibel-Ulia, tanto en las áreas marinas como terrestres y en las delicadas geoformas de arenisca. Dicha fragilidad es uno de los factores esenciales a tener en cuenta para la conservación de este patrimonio. Para ello, es necesario tanto un trabajo coordinado, serio y eficaz por parte de los organismos y administraciones correspondientes, como la concienciación social y personal. En resumen, tener una actitud respetuosa hacia nuestro patrimonio más atemporal.

Prioridad a la conservación, a la prevención y a la cautela

Los principios que rigen las Leyes y Convenios Europeos, Estatales y Autonómicos referentes al patrimonio natural (geodiversidad, biodiversidad, hábitats, paisaje, etc.), tienen como prioridad la protección ambiental. La conservación estricta prevalece sobre cualquier otro plan de ordenación territorial o de infraestructuras portuarias, urbanísticas, industriales, etc.

Tanto la Directiva Hábitats, que rige la Red Natura 2000, así como diversas leyes y decretos, marcan como criterios prioritarios la prevención y la cautela ante cualquier plan, programa o proyecto que pueda afectar y deteriorar esta particular riqueza, así como los de velar y cuidar este legado a las generaciones venideras.