Arqueología

Jaizkibel se sitúa sobre la desembocadura del Bidasoa, en un área muy frecuentada durante la prehistoria por colectivos humanos que cruzaban en ambas direcciones entre la península ibérica y el resto del continente europeo. Como fruto de un proyecto de puesta en valor de su patrimonio arqueológico, desde 2001 han sido localizados cerca de cincuenta puntos en los que se conservan, por lo general en muy malas condiciones, restos de depósitos arqueológicos. La erosión, las visitas incontroladas y el régimen de lluvias de Jaizkibel han generado una importante destrucción de este patrimonio. La vulnerabilidad de estos depósitos aconseja denominarlos con referencias numéricas.

150.000 años de presencia humana

Aunque han sido recuperados materiales de prácticamente todas las cronologías, desde hace más de 150.000 años, los principales hallazgos se refieren al tramo final del Paleolítico superior, el Mesolítico y el primer desarrollo del Neolítico (al que pertenecen también algunos de los monumentos megalíticos de la estación). Destaca por su relevancia el abrigo bajo roca de J3, parcialmente excavado durante 2003, en el que fue encontrado el cuerpo de un pescador de hace unos 8000 años, enterrado en un conchero con los restos de lapas que consumían aquellos primeros pobladores.

El enterramiento más antiguo del País Vasco (J3)

El enterramiento de J3 constituye la más antigua conducta funeraria que conocemos en todo el País Vasco y el enorme caudal de información que se obtuvo en aquella excavación contribuye a modular una visión muy diferente de las sociedades mesolíticas en la costa cantábrica. La ampliación en un futuro próximo de estos estudios debe convertir Jaizkibel en una pieza clave para la comprensión de la prehistoria regional, en particular de los tres periodos arriba indicados.

Megalitismo. Monumentos funerarios prehistóricos

Si hay un fenómeno que representa la prehistoria de Gipuzkoa en la conciencia colectiva, es sin duda el megalitismo. Estas construcciones, conocidas desde muy antiguo, han suscitado un gran interés en el transcurso de los tiempos, creándose en torno a ellas numerosas leyendas. Es uno de los fenómenos más representativos de nuestra prehistoria, pero a pesar de su “protección legal y su señalización” continúa expuesto a numerosos peligros. Por ello, cualquier estrategia a adoptar en lo referente a este patrimonio debe plantearse contemplando la investigación, conservación, protección y puesta en valor de los megalitos.